Quiero comenzar este artículo con una pregunta:
Has oído hablar de hacer resoluciones?
Imagínate que en algunos grupos, llámense países, culturas o sociedades practican "hacer resoluciones" cuando comienza un nuevo año. Pero esto no es nuevo, pues 3.000 años atrás los antiguos babilonios practicaban tal costumbre.
Bueno, lo cierto es que cuando inicia un nuevo año, nos pasa que vemos ese nuevo año como un nuevo comienzo, una nueva etapa. Y sabemos que en realidad no hay diferencia entre el 31 de diciembre y el 1º de enero; no hay nada místico que ocurra a la media noche del 31 de diciembre, pero es posible que entre esos días posiblemente estuviste pensando en proponerte retos, metas y tomar mejores decisiones. Ahora, déjame decirte que la Biblia no habla ni en favor ni en contra de hacer una resolución de Año Nuevo, así que, como cristianos que somos, es una decisión personal si queremos o no hacer resoluciones para este 2014.
Debes saber que las resoluciones de Año Nuevo más comunes en las personas son la determinación de dejar de fumar, dejar de beber, manejar el dinero mas sabiamente y pasar mas tiempo con la familia. Para otros es sin duda el bajar de peso, juntamente con hacer más ejercicio y comer más sanamente. Todos estos son buenos objetivos; es algo bueno por cierto. De pronto te identifiques con algunos de estos ejemplos.
Ahora, de pronto no es una resolución en el plano de lo físico, sino más bien espiritual, como por ejemplo determinar orar más, leer la Biblia todos los días e ir a la iglesia más regularmente. Déjame decirte que si lo has pensado así, es digno de admirar. Pero también déjame decirte que tener determinación para comenzar o terminar cierta actividad no adquiere ningún valor, a menos que tengas verdadera motivación para hacer o dejar de hacer esa actividad.
Por ejemplo, te pregunto:
¿Porqué quieres leer la Biblia todos los días? ¿Es para honrar a Dios y crecer espiritualmente, o porque escuchaste que es bueno hacerlo?
¿Porqué quieres bajar de peso? ¿Es para honrar a Dios con tu cuerpo, cuidándolo y manteniendo una buena salud o es por vanidad, para honrarte a ti mismo?
Recuerda lo que dice Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
y lo que dice Juan 15:5: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”
¿Qué quiero decirte con todo esto?: Que si Dios es el centro de tus resoluciones de Año Nuevo, hay posibilidad de tener éxito, dependiendo de tu compromiso para hacerlo. Si es la voluntad de Dios que algo se cumpla, Él te ayudará a realizarlo. Pero si una resolución no es para honrar a Dios o no estás muy de acuerdo con la Palabra de Dios, va a ser difícil que puedas recibir su divina ayuda para llevarla a cabo.
Entonces la pregunta es, ¿Qué clase de resolución de Año Nuevo deberías hacer? (Si en realidad estás pensando en hacer alguna resolución) Bueno, yo te sugiero algunas resoluciones que deben ser importantes para nosotros como hijos de Dios:
1) Por ejemplo pedirle al Señor sabiduría (Santiago 1:5).
2) Pide sabiduría para saber como alcanzar los objetivos que Dios te indique.
3) Confía en que Dios te dé la fuerza para ayudarte;
4) Encuentra a alguien a quien rendirle cuentas, que te ayude y te motive;
5) No te desanimes con fracasos ocasionales, sino permite que éstos te motiven más,
6) Y por último y super importante, no te envanezcas si lo logras, sino dale la gloria a nuestro Padre Dios.
El Salmo 37:5-6 dice: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, tu derecho como el mediodía.”
Estás listo para comenzar este nuevo año con nuevas resoluciones?
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