DIOS BUSCA

 Dios busca una generación que esté dispuesta a adorarle y a servirle.

Busca en cada rincón un Samuel que diga "Heme aquí, habla que tu escogido oye"

Alguien que esté dispuesto a dejarse encontrar.

Dios busca una generación que esté cansada de tanta religión y apariencia de piedad. 

Busca a alguien que no sea de tropiezo al pequeño, que no lo mire de arriba hacia abajo cuando lo vea entrar por las puertas de su Casa, que no lo juzgue por su condición sino que pueda sentir compasión y amor por Él.

Alguien que no le importe que murmuren de Él diciendo que es amigo de los pecadores, que come con Zaqueos, con prostitutas y ladrones, sino que se ha resuelto a buscar lo vil y menospreciado del mundo para hacerlo sentar entre los príncipes del Reino.

Él anda buscando a los que usan sus manos para levantar y para restaurar, y no a los que les gusta señalar y condenar. 

Sí, el Creador de todo el universo anda en busca de una generación que no le afecta en lo más mínimo compartir con el necesitado, orar por el enfermo, ir por el descarriado, rescatar al drogadicto y ministrar a todo aquel que se encuentre hambriento de Dios.

El Padre busca una generación que sin importar su edad, tenga un espíritu joven para hacer la voluntad de Él. 

No que esperen a que la nube se mueva, sino que lleven la gloria de Dios a dondequiera que vayan. 

No busca Dios una generación de talentosos y autosuficientes, de gente capacitada en sus propias fuerzas, títulos que van y vienen, demasiada experiencia en hacer cultos o bastante trayectoria a la hora de organizar un evento; Lo que Dios busca es dar dones a los que estan deseosos de recibirlos, a sostener con su fuerza poderosa a los que quieren depender de Él, a capacitar a sus escogidos, a que sus títulos tengan sentido a la hora de pescar almas para la barca de Cristo, a que puedan ampliar su mente y comprender que Dios no está limitado a esquemas y estructuras humanas o a las mismas estrategias que otros han hecho sin fruto, sino que Él quiere implantar sus propias ideas, sus propias estrategias en quienes estén receptivos para hacer su voluntad y ganar a multitudes.

Dios busca gente que no se deje intimidar por el enemigo, que no se estanque por ver una puerta cerrada, que no mire hacia atrás cuando vea que el camino se hace más difícil, que no dependa de la cantidad de dinero que vea en su billetera, que no se conforme con lo mismo, que no sea de estorbo en sus propósitos y mucho menos que se sienta como espectador de la vida. Dios está con su voz dulce y paciente buscando gente extraordinaria en Él que aplaste sin misericordia la cabeza del diablo cada vez que la quiera meter en asuntos que no le competen, que tomen las llaves que les fueron dadas para abrir las puertas del Reino, de las bendiciones, de las finanzas y de su gloria, hombres y mujeres que miren hacia el frente en todo momento y que reconsideren mirar atrás solo para que vean con alegría cuánto han progresado en el camino; que no miren las cosas que se ven sino las que no se ven, las que son eternas; que siempre tengan hambre y sed de más;  que sean de apoyo en la obra y que sean de los que actúan en todo momento, siempre en movimiento, involucrados y comprometidos con la necesidad de rescatar a muchos.

En estos tiempos una generación dispuesta se dejará encontrar por Dios para hacer lo que a Dios le agrada. Es una generación que no hará acepción con niguna clase de persona. Una generación que no mirará barreras denominacionales, que no discutirá por temas triviales y sin importancia, sino que sabrá que el tiempo es valioso y que hay que saberlo aprovechar para hacer el trabajo que Dios espera que hagamos. Una generación que hará y dejará hacer, que compartirá las alegrías y que consolará en medio de las tristezas. Una generación que se preocupa por agradar en verdad a Dios y no en agradar una organización u hombre.

Dios busca a alguien como tú.
Dios te busca...
Estás ahí?
Sal ya y déjate atrapar por Él.
Ya no te escondas más.
Dile:
Señor, aquí estoy. Soy de esa generación.

Citas Bíblicas de apoyo: 1 Samuel 3.1-10; Juan 4.23; Mateo 9.36; Lucas 7.34; Gálatas 6.1; Josué 14.11-13; 1 Corintios 1.27-29; 2 Corintios 4.18; Mateo 16.19; Isaias 6.7-8; Efesios 5.16.